Desde la Alianza de Gobierno relevan los beneficios económicos y sociales aprobados durante la administración, mientras que la oposición remarca los puntos al debe. Expertos indican que una reforma a las pensiones sería lo más cercano a un “legado”.
Marcados por cambios en las prioridades de su programa de gestión, este 11 de marzo se cumplen dos años desde que el Presidente Gabriel Boric arribara hasta el Palacio de La Moneda con la promesa de renovar la política chilena.
Pese a un primer tiempo calificado como complejo, desde el Gobierno matizan que se ha logrado encauzar la dirección del país, por ejemplo, en materia de seguridad. Así lo reconoció en su balance, la ministra del Interior, Carolina Tohá, en entrevista con La Tercera: “El país venía con un tema creciente con el crimen organizado y no había ninguna respuesta política para esos temas. Hoy tenemos una agenda que se está haciendo cargo“.
“Hasta que los gobiernos no terminan, no hay derrotas. Hoy tenemos elementos muy sólidos para afirmar que el país va por un mejor camino que cuando llegamos”, añadió.
Lo cierto es que el mundo político de forma transversal, e incluso el Gobierno en su interna, reconocen -con preocupación algunos- exiguos avances en el proyecto político inicial, puesto que solo un 15% de las medidas se habrían materializado.
Desde el Frente Amplio eso sí, relevan los beneficios sociales y económicos conseguidos apesar de tener en contra a “una oposición feroz” y minoría en el Congreso. El diputado Gonzalo Winter (CS) valoró que “tenemos un millón de personas beneficiadas con el Copago Cero en Fonasa, tenemos que el 26 de abril un millón de trabajadores formales van a tener 500 mil pesos de sueldo mínimo, tenemos que prontamente las comunas de Chile -sobre todo las más pobres- van a poder determinar qué hacen con el medio punto del PIB que les va a llegar por concepto de Royalty”.
En razón del lento avance legislativo de las reformas estructurales, el legislador precisó que “la gran mayoría de los programas dependen de las leyes y casi todo lo que no se ha cumplido son cuestiones que nuestros adversarios han rechazado en el Congreso“. Insistió, en esa línea, que uno de los problemas del oficialismo es la falta de un debate de ideas profundo con la sociedad.
En tanto, la presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, relevó que ha sido un primer tiempo con “énfasis en la seguridad, un tema que al principio del gobierno no se vislumbraba con la dureza que ha tenido el crimen organizado, la delincuencia, y que hay una decidida acción del gobierno y del Estado”.
La senadora además dijo que “más que estadísticas, necesitamos convicción de que todas las medidas que se sigan adoptando sean en beneficio de la gente con mejoramiento en la gestión como ha dicho el Presidente y con cierta unidad” en materias como crecimiento económico y recaudación tributaria.
En términos de calificaciones, el diputado y presidente de la Democracia Cristiana (DC), Alberto Undurraga, evaluó con una nota de 4,5 a la gestión del Gobierno señalando que “aprueba, pero con dificultades. El problema estructural que tiene el Gobierno, a nuestro juicio, es que oscila entre dos almas. Entre llegar a acuerdos y en marcar puntos sin llegar a acuerdos. Esto es muy evidente y dificulta, porque para lograr acuerdos tiene que haber una convicción total en ello”.
En tanto, desde la derecha el análisis es uno. La presidenta de Evópoli, Gloria Hutt, sostuvo que “ha estado el foco de la noticia permanentemente en La Moneda y no en las áreas sectoriales que es donde uno habría esperado los cambios y los avances más contundentes, así que creo que hay una oportunidad en dos años para aterrizar la promesa y para que veamos en la práctica cuál es el modelo de país que los hizo ganar”, cuestionó.
Más inflexible fue el exvocero de Gobierno, Jaime Bellolio (UDI), quién señaló: “Este es un Gobierno que está al debe”.
Entre otras cosas, atribuyó esta deuda a una “lógica muy soberbia” de la administración Boric al “pensar que bastaba con la voluntad política para resolver todos los problemas que teníamos en nuestro país, es decir, no se creaban más empleo, no se hacían más viviendas, no se mejoraban las pensiones, solo por una cuestión de voluntad y ahora cuando les toca a ellos estar en el Gobierno se dan cuenta que la gestión es muy importante”.
Para lograr consensos en materias como pensiones y educación, Bellolio señaló “tiene que desoír a esos cantos de sirenas, gritos de la barra propia que les dicen que lo que tiene que hacer es solamente ideología y no acordar“.
Balance de expertos
El director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central, Marco Moreno, precisó que una regla para evaluar a una administración son sus resultados y “el gobierno empeña su palabra cuando anuncia su proyecto de gestión, o sea, cuando el presidente Gabriel Boric ganó la elección presidencial, en diciembre del 2021 y dio a conocer lo que era su programa”.
“Desde ese punto de vista y a juzgar por los resultados que el Gobierno tiene, evidentemente, no se ha podido avanzar de manera importante en lo que era ese programa de gestión, con lo que el Gobierno se comprometió para los cuatro años de mandato”, dijo.
Luego del fracaso del proceso constituyente, Moreno sostuvo que “de ahí en adelante, el segundo año de mandato que concluye ahora el 11 de marzo, ha estado muy fuertemente marcado por improvisación, por medidas, que no eran las que estaban originalmente en el programa y por un periodo de aprendizaje. Más que hacer cosas, el Gobierno ha tratado de aprender estos dos años a gestionar el poder“.
“Y, por lo tanto, el esfuerzo que tiene que hacer en este tercer año de su mandato que está marcado fuertemente por el ciclo electoral, inscripción de pactos, primarias y elecciones parlamentarias y presidenciales el próximo año, hace bien dificil que el Gobierno pueda llevar adelante algunas reformas muy sustantivas y tendrías que concentrarse en dos o tres prioridades para poder tener un legado al término de su mandato”, precisó.
En esa línea, planteó que lo más cercano a un sello por parte del Gobierno sería la aprobación de la reforma de pensiones, aunque no con las fórmulas propuestas por el Ejecutivo en términos de cómo se distribuye el 6% adicional.
Por su parte, el analista político y académico de la Universidad Autónoma, Tomás Duval, remarcó que como eje central de estos dos años “el Gobierno ha experimentado cambios profundos desde sus planteamientos originales” producto de la derrota electoral en el proceso constituyente y a una gestión deficitaria dado la imposición de la agenda política y pública.
Junto con valorar la implementación de las 40 horas, el alza del salario mínimo y la alianza público-privada con el litio, el experto indicó que el desafío hoy son las reformas estructurales que se encuentran en un complejo momento para ser concretadas considerando el ciclo electoral.
“La reforma de pensiones sigue siendo una prioridad esencial, pero las tensiones políticas, es minoría en el Congreso, todo eso dificulta esa trayectoria y mientras se acerquen las elecciones todavía más las fuerzas políticas van a tomar posiciones mucho más fuertes respecto al tema y eso va a dificultar los espacios de diálogo y acuerdo que son necesarios para sacar un tema de la naturaleza”, afirmó.
Para el analista, el Gobierno ha caído en una cuestión “contraintuitiva” al avanzar en materia de seguridad mucho más que administraciones anteriores. “Algo que a lo mejor el Gobierno ni siquiera lo tenía en su agenda, no estaba en sus preocupaciones y pasa a ser un elemento importante dentro del propio Gobierno”, sostuvo.
¿Cambio de Gabinete para el segundo tiempo?
Una de las opciones que se vislumbran para el Gobierno durante estas semanas es implementar una modificación a los equipos ministeriales, sin embargo, ha sido la propia administración quien -por el momento- ha descartado la idea, mientras que en el mundo político hay distintas apreciaciones.
Para Moreno, “a estas altura es un poco tardío pensar en un cambio de gabinete para mejorar la gestión. Si hace un cambio de gabinete ahora en marzo los ministros, ministras, nuevos que ingresen tendrán un proceso de aprendizaje que, por lo menos, tomará un mes, dos meses, o sea, estamos hablando de abril, mayo, las elecciones serán en octubre”.
“Quienes serán candidatos, alcaldes, concejales, gobernadores quieren un gobierno que los apoye y el Gobierno no va a estar en condiciones porque va a estar todavía en una etapa como de ajuste de un nuevo equipo de gobierno”, añadió.
En esa línea, dijo que “yo hubiera encontrado mucho más razonable que esto se hubiera hecho en enero, por ejemplo, pero no se hizo y, por lo tanto, creo que sí tiene que haber un ajuste en las piezas del gabinete, pero a estas alturas lo más razonable sería que fuese después de las elecciones de octubre, con los resultados de esas elecciones, con la recomposición de las fuerzas políticas, pero con un año prácticamente perdido porque en octubre ya la ejecución presupuestaria está muy avanzada”.
Consultado por una eventual modificación ministerial, Tomás Duval señaló que “los cambios de gabinete tienen que ver con ajustes que son importantes cuando tienes un cambio en una línea política o quieres resolver ciertas materias, si un cambio de gabinete facilita la concreción de ciertas reformas para el Gobierno me parece que eso se puede dar“.
Imagen de Portada: Agencia ATON.
Crédito: Bárbara Paillal – Diario UChile