El exjefe de Medioambiente cuestionó el alcance de las normas despachadas por los consejeros en la materia y apuntó que ante la idea de desconocer el cambio climático “no podemos dejar con menos oportunidades a las futuras generaciones”.
Con serios reparos sobre el trabajo del Consejo Constitucional, el exministro de Medioambiente del segundo mandato de la expresidenta Michelle Bachelet, Marcelo Mena, evaluó la votación de las enmiendas referidas sobre la materia que buscan consagrarse en el texto de la nueva constitución.
Entre las modificaciones al anteproyecto de la Comisión Experta que despertaron polémica destacó la decisión de la comisión de Derechos Sociales de rechazar del artículo 206 que obliga al Estado implementar medidas de mitigación y adaptación ante los efectos del cambio climático; y la aprobación de una enmienda de RN y Evópoli que elimina la prohibición de concesionar hidrocarburos líquidos o gaseos. Medidas que, en todo caso, deberán ser ratificadas por el Pleno del Consejo.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la exautoridad sostuvo que “lamentablemente al igual que el proceso pasado, se está buscando no necesariamente una constitución que refleje la mirada más amplia del país y que permita cohabitar distintos sistemas políticos, sino que más bien está apuntando a una mirada muy restringida de la sociedad que va a limitar, por tanto, la convocatoria que pueda haber y pone en riesgo en cierta forma su aprobación”.
Para Mena “en este contexto de más de tres años hablando de una nueva constitución y sumándole los dos años durante el proceso de la Presidenta Bachelet, no llegar a acuerdos es algo bastante triste porque sería nuevamente una oportunidad desaprovechada”.
Sobre la determinación de los consejeros de desestimar el reconocimiento del cambio climático en la propuesta, señaló que “hay quienes dicen que no tiene que constitucionalizarse este tipo de medidas y que son pocos los países que han considerado este tipo de modificación. Sin embargo, los países OCDE que han tenido procesos constitucionales, incluyendo Francia, han tomado en cuenta estos principios e, incluso, han sido determinantes para fortalecer la acción climática, porque en el fondo la acción climática tiene que ver con ponderar el presente con el futuro”.
“No se trata de privilegiar una generación hoy día que está viva, sino también las que vienen. Por lo tanto, subyace en la acción climática el principio de equidad intergeneracional, que es tan importante dentro de la sustentabilidad, en el sentido de que no podemos dejar con menos oportunidades a las futuras generaciones”, expresó.
Por ello el exministro de Medioambiente remarcó que “entendiendo que Chile tiene hoy día casi un quinto de su PIB amenazado por la acción climática para estas próximas dos décadas, es decir, que pierde casi dos décadas de crecimiento económico, que hemos visto este daño se ha dado no solamente en forma histórica, sino que se ha acrecentado este año, donde probablemente terminemos este año con una contabilización de por lo menos un punto del PIB perdido, nos encontramos que estamos ignorando una de las amenazas estructurales al bienestar y crecimiento del país y a quienes les interesa el crecimiento y bienestar no pueden ignorar esta amenaza”.
En cuanto a una potencial concesión de los hidrocarburos, Mena comentó que si bien Chile no cuenta con una gran cantidad de estos productos, “pensar en su uso hacia el largo plazo también va en contra de la acción climática. Más allá de una visión paradojal de quienes se dicen patriotas de querer explotación de otros actores de sus recursos estratégicos, lo que más preocupa tiene que ver con las concesiones y el uso de la propiedad de las concesiones de bienes públicos, como el caso de las playas, los ríos, que podrían debilitar el accionar del Estado en regular este tipo de materias”.
En esa línea, el exsecretario de Estado apuntó que “hace dos años se aprobó, después de 11 años de trámite, la reforma del Código de Aguas, que pasaba de un régimen de propiedad a que los nuevos derechos pasen a tener una concesión temporal y revocable por mal uso. Cuando tú le estableces propiedad a la concesión, debilitas el actuar del Estado de poder revocar por mal uso una concesión. Por lo tanto, una salmonera que contamina mucho o una empresa que consume demasiada agua o la contamina, el actuar del Estado va a estar limitado porque constituye propiedad. Eso es una amenaza muy profunda a la capacidad del Estado de proteger los bienes nacionales de uso público”.
En cuanto a la idea que han levantado algunos sectores de Chile Vamos de clausurar el debate constitucional en caso de rechazarse la propuesta constitucional, Mena manifestó que “la derecha tiene que ver si es que va a seguir la tendencia que republicanos va a establecer, si republicanos va a poner la música de la mirada de la derecha hacia el futuro”.
“Ya vimos lo que significó en Estados Unidos que los grupos más extremistas comenzaran a dominar la discusión y cómo eso ha significado una degradación total de la discusión democrática, en donde simplemente tratas al otro como un comunista o como antipatriota. Entonces, creo que los principios que establecen los acuerdos que ha tenido Chile en sus últimos 30 años, que han permitido un mayor nivel de bienestar, deben ser los que perduren”, mencionó.
En ese sentido, indicó que “si estamos en estas constituciones de revancha, de una revancha frente a la constitución egoísta de Pinochet, con una exclusión de ciertos sectores de derecha y después, en reciprocidad, una exclusión de los sectores de izquierda, lo que nos vamos a encontrar es que esta constitución no tiene ningún interés de ser una carta común, sino que simplemente un espacio de una victoria corta, que al final va a poder erosionar la discusión de largo plazo del país”.
Asimismo, planteó que “por otro lado, republicanos no entiende que tiene una amenaza profunda a su capacidad de poder presentarse como una opción razonable para gobernar”, añadiendo que un eventual fracaso del nuevo proceso “va a ser estricta razón de quienes no quisieron buscar acuerdos”.
Crédito: Natalia Palma – Diario UChile