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«Esta receta era de mi abuela, Berta Alemany V., a quien llamábamos cariñosamente “Toti”. Ella tuvo cinco hijos y era –como toda mujer chilena- muy trabajadora e ingenio- sa. Como mi tata Alberto era más aficionado a la poesía que a la vida terrenal, a veces a ella no le alcanzaba la plata para llegar a fin de mes y con este plato lograba “parar la olla” de una manera muy sabrosa». Paz Donoso, 60 años. Santiago

RECETA

Ingredientes Para los ñoquis:

  • 1 litro leche
  • 1 taza sémola de trigo
  • 1 pizca de sal
  • Para la salsa:
  • aceite
  • 1 cebolla, en cuadritos
  • ají de color o condimentos a gusto
  • salsa de tomates (de la que tenga)
  • 1 puñado grande de callampas secas, remojadas en agua tibia por 1⁄2 hora y picadas finas
  • 1 hoja laurel
  • sal, pimienta
  • queso rallado
  • albahaca fresca picada.

Preparación:

Limpiar bien el mesón de la cocina, pues se va a utilizar en la preparación. Precalentar el horno a temperatura media-baja. Poner a hervir la leche en una olla, ojalá de aluminio, así se pega menos. Cuando hierva, agregar la sal, retirar del fuego y añadir la taza de sémola en forma de lluvia, revolviéndola constantemente con cuchara de palo, para que no se formen grumos. Volver a poner al fuego, durante unos 5 a 7 minutos aproximadamente, sin dejar de revolver. Cuando la sémola esté cocida y espesa, se vuelca sobre el mesón de la cocina y ahí se deja enfriar. Por mientras, preparar la salsa. En una sartén, freír la cebolla, condimentar a gusto y, cuando esté transparente, añadir la salsa de tomates, las callampas y la hoja de laurel. Cocinar unos minutos a fue- go suave para incorporar los sabores y reservar. Una vez que la sémola se haya enfriado, cortar en cuadraditos con un cuchillo romo. Usando una espátula, despegarlos del mesón y disponerlos por capas dentro de una budinera enmantequillada, alternando con la salsa. Terminar con una capa de salsa y espolvorear encima el queso rallado.

Llevar la fuente al horno por 10 a 15 minutos o hasta que la salsa esté burbujeante y el queso derretido. Servir caliente, con albahaca picada.
Dato: Para que la leche no se pegue a la olla, mojar el interior de esta con agua fría antes de echar la leche.

Nota: La imagen es sólo ilustrativas.

Credito:  Memoria Chilena ¡PARA CHUPARSE LOS DEDOS!- Recetas de familia

REFRESCOS Y BEBIDAS TÍPICAS

Mote con huesillos es un postre chileno, sin alcohol, que se compone de una mezcla de jugo acaramelado, con mote de trigo y duraznos deshidratados

Historia

La inmigración italiana a Chile se desarrolló con fuerza entre 1880 y 1930, época en la que más de diez mil italianos – en su mayoría hombres jóvenes- se instalaron en nuestro país, principalmente en las ciudades de Santiago, Valparaíso, Concepción y Punta Arenas. Uno de los rubros en los que la colonia itálica tuvo una participación destacada fue en la producción de alimentos, lo que impulsó la introducción de diversas especialidades de la cocina regional italiana en especial, pastas, repostería y embutidos- a la dieta local.